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Román Carral, Clases Particulares de Física y Química

Aunque oficialmente lleva solo unos meses con su negocio de clases particulares, Román Carral lleva media vida ligada a la enseñanza. Concretamente a la física y la química, materias que le han permitido montar su propio proyecto de emprendimiento.

Todo comenzó antes de que acabara sus estudios de ingeniería técnica de química, cuando empezó a dar alguna clase de refuerzo por ayudar a conocidos. Ahí vio que el tema de la docencia le gustaba. Por ello, durante años compaginó su trabajo con dar clases un par de horas al día.

Lo que en su día fue un complemento a su trabajo fue creciendo poco a poco hasta convertirse en su negocio y su modo de vida.

Actualmente en su aula de Selaya recibe a alrededor de 30 alumnos de todo el valle, principalmente de bachillerato del Instituto de Cayón, pero también bastantes alumnos de la E.S.O. del Virgen de Valvanuz de Selaya y de los Escolapios de Villacarriedo. También ha tenido alumnos de módulos de química o farmacia, sobre todo temas relacionados con laboratorio, concentraciones, disoluciones…”

Organiza sus clases por grupos reducidos, siempre teniendo en cuanta el nivel que se les exige en cada curso. Este año por ejemplo se me han juntado 8 alumnos del mismo curso del instituto de Cayón, que van juntos a química, con lo cual es mucho más fácil, como explica Román.

Sus clases también se adaptan al grupo, por contenidos y horarios. La semana pasada tenían exámenes y lo cuadramos para que pudieran venir más días de los habituales. Y esta semana, sin embargo, que tienen ya exámenes de otras materias y están liados, no vienen ningún día.

Se centran en física y química, pero ocasionalmente también ha impartido otras disciplinas de ciencias o incluso de mecánica con algún módulo.

La mayor parte de sus alumnos los ha conseguido por el boca a boca, porque la gente le conoce en la zona y también por otros alumnos que aconsejan por los resultados obtenidos.

Román compagina su labor como profesor particular con la Escuela de Fútbol del Pisueña, donde es entrenador. Los martes y los jueves termina las clases a las 6 y media porque es cuando empieza el entrenamiento.

Como planes de futuro, Román lo tiene claro: seguir en esta misma aula y poder ir sumando progresivamente nuevos alumnos.