Victoria Moratinos y Nick Radcliffe, restaurante vegetariano Dorothy´s Veggie Bistro
De la música a los fogones. Ese ha sido el curioso salto laboral que han pegado Victoria Moratinos y Nick Radcliffe, los propietarios del restaurante vegetariano Dorothy´s Bistro, ubicado en La Cueva.
Ambos eran músicos profesionales. Mientras estaban trabajando en un crucero, ella tuvo un problema serio de salud, y eso les hizo replantearse completamente su futuro. Durante su recuperación Victoria se dio cuenta de que no podía seguir con el ritmo de vida que había llevado hasta el momento, y así fue cómo se les ocurrió montar algo relacionado con la gastronomía. En parte, para poder establecerse en un lugar fijo.
El proyecto tardó en gestarse alrededor de un año desde su idea original hasta convertirse en la realidad que es hoy en día: el Dorothy´s Bistro. El negocio debe su nombre a la madre de Nick, Dorothy, que con mucho esfuerzo abrió en los años 70 una pastelería en Inglaterra, para llegar a convertirla en un restaurante de referencia en la zona.
Para estos emprendedores, ella es un referente, aunque con una idea diferente de tipo de cocina.“Este tipo de restaurante es algo muy novedoso en la zona”, explican Victoria y Nick, que quieren que no se entienda la comida vegetariana“como una comida de dieta, ni orientada a la salud (aunque sí es muy sana). Es una combinación de sabores y colores”.
Parte de la variedad de los productos que preparan se debe a que ella es medio francesa y él inglés. “Es una cocina también con mezcla de culturas. Tienes lo marroquí yendo hacia lo francés, y la parte inglesa más hindú, que trabaja mucho con las especias”.
Llevan solo unas semanas en funcionamiento, pero hasta ahora las impresiones de la gente han sido muy buenas, por escenario, trato y productos, el elemento esencial en el restaurante.
Victoria y Nick tienen huerta, de donde sacan algunos de los productos “principalmente cuando llegue el verano”. Y están también contactando con productores de la comarca, como una huerta de Castañeda, productores de huevos de la zona, mieles…
El negocio cuenta también con una parte de chocolatería, con frutos secos, galletas veganas, postres y tartas.
“Todo lo que hemos hecho a nivel obra y carta ha sido pensado a largo plazo para no hacer nada cayendo en las modas y tener que cambiarlo al poco tiempo”, aseguran ambos.
Otro de los puntos fuertes de este negocio es el lugar en el que se ubica. El local era un antiguo establo de una casona de más de 300 años. “Estaba vacío y lo hemos rehecho completo, con las vigas vistas y las piedras originales. Además, con todo lo que ha sobrado hemos hecho bancos, maceteros y otros elementos de decoración”. La idea, como cuenta Victoria es “hacer que todo parezca que ha estado así siempre”.
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