Del 7 al 16 de abril de 2017, en el Centro Cívico Valle de Carriedo
A lo largo de la historia, la cultura de los pasiegos ha sido fuente de interés etnográfico, no sólo por su particular modo de vida y su laboriosa explotación de la tierra sino también por la importancia que en la economía de España han tenido, especialmente en el ámbito ganadero con la incorporación de razas vacunas más provechosas y su especialización en la recría, modelo productivo que cambió por completo la hacienda lechera de nuestro país entre los siglos XIX y XX.
Ese mismo interés abarca también el entorno social y así contamos igualmente con artistas gráficos que retrataron a los valientes y afamados contrabandistas pasiegos, singulares traficantes que con sus palos atravesaban las escarpadas montañas con sorprendente destreza, sin dejar de mencionar tampoco las incontables representaciones de las prestigiosas mujeres pasiegas que ejercieron la venta ambulante o prestaron su lactancia como nodrizas de nobles familias y de la Casa Real española.
El particular mundo de los pasiegos y la vistosa vestimenta de las amas de cría de la corte no pasaron desapercibidos para estos dibujantes y grabadores y así reprodujeron con esmero en incontables textos a los personajes más pintorescos de las montañas cántabras.
Los grabados
La producción de libros que versaban sobre trajes se había iniciado ya en la segunda mitad del siglo XVI, a la par que cuando los grandes genios de la Italia del Renacimiento hicieron surgir talleres de grabadores que alcanzaron gran popularidad como modelos de ilustración para estudios cartográficos, topográficos o de retratos. Con el transcurrir de los siglos los grabados servirán para ilustrar estas revistas y periódicos, libros de viajes y aventuras o de estudio y divulgación que verán su freno con la incorporación de la fotografía a mediados del siglo XIX.
Los grabados que podrán son una pequeña muestra de esas representaciones históricas del mundo pasiego y cuentan con la particularidad de ser en su totalidad obras originales de época que abarcan los siglos XVI al XX, incluyendo una xilografía del año 1598 de Cesare Vecellio que, aun no siendo específicamente pasiega, creemos importante exponer por ser una de las primeras representaciones gráficas, junto con los Vagabundos errantes de Lucas van Leyden de 1520, de una mujer con un cuévano a la espalda, medio de transporte de mercancías que los pasiegos de las tres villas adoptaron como propio y que ha servido para identificar en numerosos grabados, dibujos y obras pictóricas a estos admirados moradores de los Montes de Pas.